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Real Madrid 19/20: los blancos no son mancos


Inermes ante la hegemonía inexpugnable del equipo de Juan Carlos Sánchez y Laso, el presidente Bartomeu ha optado por la única vía de ataque posible: retar el proyecto blanco con el mayor desembolso que jamás haya realizado un club español en el baloncesto. Esta desatada actitud ha desembocado en un río de conjeturas y pareceres acerca de la productividad futura de la inversión, sobre la racionalidad de tamaño gasto y con respecto a la actitud sorprendente de un jugador, Mirotic, canterano blanco que siempre se había declarado afín a la causa madridista. La polémica sobre la fidelidad a unos colores se levanta una vez más en plena fiebre contractual, la propia de los calores del verano, mientras que cierto desánimo parece cundir entre las filas de los seguidores merengues.

En relación a la primera de las preguntas, no hay duda que la calidad y cantidad de los refuerzos azulgrana son sobresalientes. No sólo han gastado mucho dinero, sino que lo han gastado en jugadores avalados por una trayectoria competente. Vienen a dotar al equipo de mayor capacidad anotadora, la principal carencia de un Barcelona condenado a la dureza para, como botín, plantar cara al conjunto blanco. Ahora, en cambio, da la impresión de que las tornas se han vuelto en favor de los azulgranas. El Barça ha ganado en poderío cerca del aro y cuenta con mejores especialistas que tiren desde la línea de tres puntos que tanto marca los encuentros en el baloncesto moderno. Libra por libra, la impresión es que el Barça es mejor que el Real Madrid.

Sin embargo, línea por línea la teórica superioridad global es más que discutible. Comenzando por los grandes, el Madrid cuenta con un jugador determinante y único, que lo seguirá siendo. Tavares es el mayor intimidador del continente y continuará constituyendo un eje sobre el que girará el juego madridista. Cierto que los fichajes de Davies y Mirotic equilibran la posición, pero tampoco el resto de los blancos son mancos. Thompkins y Randolph están entre lo mejor que pisa nuestras canchas, aunando talento físico y técnico. La incorporación de Jordan Mickey y el crecimiento del comodín Deck completarán un póker de hombres altos poderoso se mire por donde se mire. Mi opinión: ligera ventaja del Madrid.

Más ajustadas me parecen las líneas exteriores. Los anotadores del Barcelona han ganado en precisión, con Abrines, y explosividad, con Higgins, además de mantener el empuje atlético de Hanga y Claver. La columna anotadora blanca, en cambio, es más ligera, pero más precisa. Por añadidura, cuenta con el jugador más intuitivo del baloncesto europeo, un gran Rudy, capaz de anticiparse a los acontecimientos tanto en defensa como en ataque, incluso de vestirse de base. Mi opinión: un empate.

En cuanto a la dirección del equipo, pese a la renovación de Heurtel y el rendimiento irregular de Llull, las fuerzas también están equilibradas, según acabamos de comprobar en la final de la Liga, en la que el Mejor Jugador ha sido Campazzo, el agitador compulsivo. Ahora bien, si Llull se acerca a sus mejores días, entonces la ventaja definitiva será madridista.

Este es mi humilde parecer sobre el potencial de los dos equipos, a vuelapluma y a la espera de que la cancha nos dé más pistas. Por supuesto, hay muchos otros factores que merecen ser valorados: el empuje del aspirante que busca derrocar al campeón inabordable, y por citar sólo alguno que tiene que ver con asuntos tácticos, cómo encajarán las piezas barcelonistas con Pesic y cómo las moverá teniendo en cuenta sus principios. Sin ir más lejos Heurtel, Tomic y el mismo Mirotic nunca han destacado en uno de los ámbitos en los que más insiste el entrenador: la defensa. ¿Los colocará en un mismo quinteto, a pesar de todo? En cambio, el Madrid tiene a su favor la compenetración de muchos años y el conocimiento profundo de Laso acerca de sus jugadores y de sus opciones.

Por último, en relación al fichaje de Mirotic y casos parecidos me extenderé en otro momento, ya que ahora mismo, por un lado, estoy a punto de exceder -si no lo he hecho ya- el límite de una columna de opinión considerada con el lector, y por otro, las reflexiones que me sugieren estos casos ocuparían lo mismo que llevo escrito.